Esta película hace justicia a aquellas personas que arriesgaron sus vidas (sin necesitarlo directamente, pues vivían alejadas del conflicto bélico) para recuperar un patrimonio artístico que corría gravísimo peligro de desaparecer. Creo que es una película sincera, fiel en cuanto puede a los hechos reales, bien interpretada y que resulta muy didáctica para quienes podrían considerar que la pérdida de obras de arte en el desarrollo de un conflicto bélico es un tema "menor" sin importancia, como se dice ahora "un daño colateral". Gracias a personas como las que aquí se recuerdan, Europa pudo reconstruir una gran parte del legado artístico de siglos, que ha seguido contribuyendo a su riqueza cultural. Evidentemente, las vidas humanas eran irrecuperables, pero hubieran sido aún mucho peor las consecuencias de esa maldita guerra si hubierámos perdido, por una destrucción sin sentido como la que quiso perpetrar Hitler, toda la riqueza artística del continente.
Hay que agradecerle, por tanto, a George Clooney que haya dirigido esta película y que reivindique el papel que sus compatriotas tuvieron en esta salvación del patrimonio cultural de una Europa devastada por seis años de guerra. No era un asunto fácil ni cómodo pero, a mi modo de ver, lo resuelve con contención, sensatez, equilibrio y buen ritmo. La ambientación es magnífica y todos los demás detalles de la dirección artística son adecuados, incluida la música.
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