(Incluimos en este blog el interesante artículo del periodista y escritor sevillano Juan Colón y Colón, debido a su gran interés historiográfico. Se trata de uno de los primeros reportajes "turístico-culturales" sobre Sanlúcar de Barrameda, ya que fue publicado en 1842.)
CIUDADES
ESPAÑOLAS.
SANLUCAR
DE BARRAMEDA Y
SU
CASTILLO.
NADIE
ha negado la antigüedad remotísima de esta población, que
perteneció en los primeros tiempos a la región llamada de los
Tartesios, pues el Betis era conocido entonces con el nombre de
Tarteso, por la isla (hoy la Algaida) llamada así, situada en la
desembocadura del río; que entraba en el mar por dos bocas, una la
conocida, y otra, que la formaba un brazo, que rodeando la expresada
isla, salia al mar por la que llaman barra
vieja. Dejando
para los críticos la eterna disputa sobre fijar en Asta a Sanlúcar,
o no; pasaremos a indicar que Sanlúcar bajo la dominación romana
perteneció al convento jurídico hispalense.
Estrabón
le da el nombre de Lucifer
fanum, templo
del Lucero, y pone este edificio cu la desembocadura del río Betis,
la cual era por dos bocas cum
Baetis duobus ostiis in mare exeat;
lo mismo expresa Tolomeo. Es imposible señalar el sitio donde se
elevaba este célebre y nombrado templo dedicado a Venus, bajo la
representación del lucero de la tarde, que vulgarmente llaman, la
estrella de Venus; pero
estando, según todos los escritores antiguos, situado a la
desembocadura del río Betis, es indudable que estuvo en el sitio
donde en el día existe la población de Sanlúcar, en la parle que
llaman barrio
alto. Se
ignora quien fundase este templo, solo puede decirse que ya existía
antes de la venida de Jesucristo. Florián de Ocampo lo hace obra de
los cartagineses, y otros autores siguiendo a este asientan esta
opinión, avanzando a probar que el templo no estaba solo, como
quieren algunos, sino que existía población, Aquí se batieron
monedas ya representando en ellas las cabezas de Vulcano, Venus
cercada de rayos, el templo y el Lucero, como puede verse en la obra
del P. Flórez, sobre las medallas coloniales. No debemos, pues,
confundir a la antigua Asta con Sanlúcar, las dos eran ciudades
distintas; solo que aquella tenía jurisdicción sobre la otra, y
estaba en su territorio.
La
población que hubo desde lo antiguo es natural que sufriese los
trastornos y la desolación que traían consigo las repetidas
invasiones que sufrió España, ya de los vándalos y de los godos,
ya de las guerras que sobre el suelo de Andalucía sostuvieron las
diferentes razas venidas del Norte, disputándose el imperio de tan
fértiles y hermosos campos: en esta época triste y desconsoladora
quedaría por tierra el famosísimo templo del Lucero, como quedaron
todos los monumentos de este género que levantó o que conservó el
poderoso y robusto brazo romano.
La
población de Sanlúcar en tiempo de los godos tuvo aumento, hasta
que los moros a poco de invadir la Península, la pusieron bajo su
poder hasta el año de 1264, que la tomó D. Alonso X, llamado el
sabio; libertándola de una cautividad de más de 550 años, pues fue
de los primeros pueblos que se perdieron y de los últimos que se
ganaron, como puede verse en la crónica del expresado rey. Se
recuperó en 1256, pero habiéndose perdido en el año de 1262, no
fue recobrada hasta el expresado de 64, todo reinando el rey Don
Alonso. Con estos sitios la población quedó enteramente asolada y
casi destruida; solo se veían el castillo y siete torres
que
llamaban las torres de Solúcar,
con
algunas mezquinas casas que eran habitadas por pescadores: esta
desolación tan lastimosa se aumentó a los repetidos combates que
sufrió en su conquista, pérdida y reconquista; con el cerco que en
1284 pusieron los moros a Jerez, con cuyo motivo asolaron toda la
comarca. Esto prueba cual sería su estado al expirar el siglo XIII.
Habiendo
ocurrido en Algeciras el notable y heroico suceso de Alonso Pérez de
Guzmán, el rey Don Sancho IV dándole el renombre de Bueno,
lo
hizo Señor de Sanlúcar; y un año después de la donación en 1298,
empezó a reedificar su señorío; no en el sitio antiguo que hoy
llaman Sanlúcar
el viejo, distante
de la población actual lo más un cuarto de legua, sino en un lugar
mas inmediato al mar, donde se elevaban las siete citadas torres de
Solúcar. La
reedificación mas notable de esta población la ponemos a mediados
del siglo XIV, en tiempo de su tercer señor Don Juan Alonso Pérez
de Guzmán el Bueno,
hijo
de la desgraciada Doña Urraca Ossorio, quemada viva de orden de Don
Pedro en la alameda de Sevilla. Casó D. Juan con Doña Beatriz, hija
bastarda del rey D. Enrique II; llevó en dote el título de conde de
Niebla ; y el rey le dio además en Carmona año de 1371, facultad
para hacer vínculo y mayorazgo de los vasallos de su casa: este
señor cercó la población de Sanlúcar de murallas abriéndole
cuatro puertas, dos existen en el día, la llamada de Jerez, y la de
Rota, otra era de Sevilla, situada entre el muro del Albaicin
(1)
y el castillo: la otra daba al mar, sin duda por la cuesta de Belén.
La ciudad como se ha ido extendiendo consecutivamente, han quedado
dentro de ella las puertas y las murallas.
La
defensa principal de Sanlúcar era el castillo de Santiago, situado
por aquella parte que mira al mar; fue reedificado sobre las murallas
de uno antiguo como se ve por algunos lados; el cuarto Sr. D. Enrique
le dio la última mano a principios del siglo XV, y fue fortalecido y
renovado considerablemente y aumentada su defensa en tiempo del rey
Don Enrique ÍV, en el último tercio del expresado siglo, con motivo
de los disturbios y guerra civil que levantaron en la Andalucía las
casas de Arcos, y de Medina-Sidonia.
Se
entra al castillo por la parte de Levante, por una puerta que está
al nivel del terreno, y abierta en un muro exterior y bajo, da paso a
una angostura defendida de un torreón semicircular, que pertenece a
la muralla principal, y junto a el está la otra puerta que conduce a
la gran plaza del castillo, que la forma un cuadrado perfecto de
bastante extensión; tiene torreones cuadrados en cada esquina y
en el medio uno semicircular; el torreón de la esquina de la
derecha, en el frente que da al mar, es cuatro veces mayor que los
demás, y de más altura ; y junto a él está arrimado por una de
sus esquinas otro torreón ochavado, el más elevado de la fortaleza,
desde cuya cumbre se divisa cuanto cerca a la población; y es,
digámoslo así, el guardián de la ciudad. La muralla del castillo
es anchísima, y se corre todo su circuito; ella conduce a la azotea
del torreón cuadrado, y da paso por una puerta gótica a un salón,
en cuyo centro aparece la escalera que guía a su cumbre, y cuya
construcción es singularísima: está formada en un vano cuadrado en
el centro, que corre desde el nivel del castillo, por donde tiene
también entrada, hasta su conclusión; es de ladrillo con cortes a
sus costados que le dan luz suficiente. Nos llamó la atención esta
subida, y debe apreciarse como toda la obra, por su belleza,
originalidad, atrevimiento y solidez. Rodea a toda la fortaleza una
robustísima muralla baja con torres circulares , que forman una
primera línea de defensa ; y es la obra mas moderna del castillo,
sin disputa del siglo XV.
Es
lastimoso ver el estado de abandono en que se encuentra este
edificio: baste indicar que en su gran plaza se celebran corridas de
toros, para lo cual hay andamios: en varios salones que son de
tiempos recientes se hallan por el suelo sus techumbres y sus
paredes: el gran torreón cuadrado, que lo tenemos por sala de armas
o
armería,
y cuya entrada está por la plaza, como la parte baja de la torre
ochavada, sirven ambos sitios para recoger ganados, y yacen
convertidos en cuadras y establos hediondos: todos los departamentos
del castillo están o inútiles, o obstruidos. No hay en todo él ni
una almena; en el siglo pasado se conocía una balaustrada de piedra
del gusto gótico en la azotea del salón de la armería, y solo han
quedado los pies salientes que la sostenían. Es probable que rodeara
a esta fortaleza un profundo foso singularmente por la entrada, que
sin duda había sido cegado para nivelar el terreno. Esta antigualla,
que debe mirarse con mucho aprecio y estimación, es doloroso se
encuentre en tanto abandono; y si no fuera por su robustez, ya la
veríamos formando un montón de escombros. Su construcción es de
piedra en las esquinas y pilares, y de argamasa lo demás: sólo hay
obras de ladrillo en el torreón grande dignas de mencionarse, pieza
que la tenemos por más antigua y de un mérito sobresaliente. Un
autor (2) al hablar de esto castillo dice que “tenía artillería
gruesa y culebrinas, y que sus murallas tienen para 4.000 hombres
cerco; con lugar prevenido para encerrar a las mujeres; sus almacenes
estaban provistos de municiones y bastimentos: su armería colgada de
limpias y numerosas armas”. En el siglo XVII fueron construidos por
los duques varios castillos, entre ellos deben mencionarse el del
Espíritu Santo, situado a la entrada del puerto en una punta
saliente, llamado así do una ermita de aquella advocación que desde
muy antiguo había en aquel sitio: fue construido en 1634 por la
traza que dio el sargento mayor, que era entonces de las milicias de
Sanlúcar, un tal Arnau: fue renovado en 1770. Pero en 1821 fue
barrenado por sugestiones de los ingleses, y ha quedado inútil. El
castillo de San Salvador fue construido en 1626.
DESPUÉS
del castillo de Santiago, lo mas notable que presenta Sanlúcar a los
ojos del curioso viajero, es la puerta de la iglesia mayor, monumento
singularísimo por su mezcla de arquitectura y de adornos góticos y
árabes que se ven allí formando un conjunto, aunque cargado, pero
que entretiene y cautiva; no sabemos haya en.
España
otra pieza de este género mas que esta; es lástima esté ejecutada
en piedra bastante desleznable, por cuya causa se encuentra
maltratada en algunos puntos : fue labrada por los años de 1368, y
costeada por la Sra. Doña Isabel de la Cerda y Guzman, hermana de
los duques; sus armas se ven entre los adornos. La iglesia mayor de
Nuestra Señora de la O la fundó D. Alonso cuando tomó posesión de
la ciudad, y la torre que tiene junto, la creemos, hasta las
campanas, por una de las siete que mencionan los escritores de la
antigua Sanlúcar:
en
la iglesia nada ha quedado de lo antiguo excepto la portada.
La
iglesia de Santo Domingo fue fundada en el año de 1543, por la Sra.
Doña Leonor Manrique de Sotomayor y Zúñiga. La traza sencilla y
elegante de este edificio, que es todo de piedra, sus bellas
proporciones, sus atinados adornos, la buena ejecución de ellos,
hacen que este templo sea la obra moderna de mayor consideración en
Sanlúcar; pertenece al buen tiempo de la arquitectura grecorromana.
Es doloroso que se hallen embadurnados con cal de Morón, los muros y columnas interiores y todas sus capillas; y es vergonzoso que en una ciudad de alguna consideración se cometan tales y tales desaciertos con descrédito del gusto y del honor del mismo país.
El
estado de esplendor y prosperidad á que llegó Sanlúcar con el
descubrimiento del Nuevo Mundo, siendo puerto abierto para el
comercio con aquellas tierras, por la excelente posición que ocupa a
la desembocadura del río y orillas del mar, la hicieron crecer en
población extraordinaria y rápidamente , tanto que en pocos años,
a fines del siglo XV y principios del siguiente, se edificó todo lo
que llaman barrio
bajo, cuyo
terreno ocupaba antes el mar hasta la cuesta de Belén, y después
hasta la Aduana, y así sucesivamente se ha ido retirando. Don
Enrique Pérez de Guzmán, 7.° señor de Sanlúcar, concedió
privilegio á los Bretones,
dado
en Huelva a 3 de diciembre de 1478 facultándolos para que pudiesen
poblar el terreno bajo que iba dejando el mar al pie de las
barrancas, donde en el día hay calle con aquel nombre: de aquí data
la fecha de esta parte de la población. Con la caída del comercio
de América, y desde que en 1687 cesó la habilitación del puerto,
los comerciantes se retiraron, y solo existen los labradores y
cosecheros de vinos.
Los duques poseyeron el señorío de esta ciudad hasta el año de 1645 que pasó a la corona, según el decreto de Felipe IV, y tomó posesión en nombre de S. M. Don Bartolomé Morquecho, del Consejo Real de Castilla, En 1579 obtuvo título de ciudad, pues antes era solamente villa.
La
palabra Sanlúcar la hacen derivar algunos de Sanctus
Lucifer, que
así llamaban los antiguos, al Lucero, o a Venus, que adoraban bajo
este respecto, como cosa divina
y
santa: corrompióse después en Solúcar,
que
es el nombre que recibió cu la dominación árabe, y que conservó
después como consta en escrituras antiguas, y de aquí pasó a
llamarse Sanlúcar.
Algunos
están creídos, y en ello van sumamente errados, que viene este
nombre de San Lucas evangelista, patrón de la ciudad; cuando el
haberse puesto este pueblo bajo el amparo del santo, es muy posterior
al nombre ya citado de Solucar,
de
donde viene ciertamente el que hoy se le da. El sobrenombre de
Barrameda
lo
traemos de Baria
meta, que
significa medida,
marca, señal o
linea de
la barra, para lo que servia un árbol (torre, dicen otros), que se
elevaba en el sitio donde existe hoy San Gerónimo, por donde los
navegantes se guiaban para llegar al puerto, salvando los enormes y
peligrosos peñascos que tiene en su entrada; llamándose aquel sitio
con la voz corrompida Barrameda
de
Baria
meta. Rodrigo
Caro afirma que en su tiempo había un pino en donde fijaban la vista
los pilotos, y esa era la medida
o
señal,
pues
había dos altísimos y extraordinarios, que el uno se secó, y el
otro destruyó un rayo, según refiere el P. Lima (3)
En
el sitio llamado de BONANZA, se labró la Aduana en los últimos años
del anterior monarca, juntamente con un iglesia y varias manzanas de
casas bajas, cuyas obras juntamente con el muelle llenan de
indignación al que contempla la suma importante que consumieron
estos edificios para que estén abandonados; al mismo tiempo que dan
un testimonio triste y vergonzoso del arte cuando aparecen las
paredes de la iglesia, pues sus arcos se han desplomado; y cuando se
observan las piedras del muelle desquiciadas y desprendidas al mar.
¡A qué de consecuencias no da margen el solitario arenal de
Bonanza!
La
situación ventajosa de Sanlúcar, su temperamento templado en la
rigurosa estación del verano, efecto de los vientos frescos de
Poniente; su playa alegre y extendida, que proporcionan los baños de
mar; las frutas delicadas que ofrecen su terreno, dan a esta ciudad
gran nombre en Andalucía, y es frecuentada de infinidad de familias
que vienen de Sevilla, Cádiz y Jerez, llamadas por tantos
atractivos.
J.
COLON Y COLON.
NOTAS:
1.-Albaicín:
Palabra árabe que significa hospedería
2.- El
desengaño discreto y retiro entretenido;
por el capitán Don
Francisco de Eraso y Arteaga.
3.- Elucidario
de Sanlúcar la mejor: escrito
por el padre presentado Fr. Tomas Fernandez de Lima, natural de la
misma: obra M. S. de mediados del siglo XVII.
(Extraído del Semanario
Pintoresco Español, 30 Enero de 1842, pp.
34-35 y 6 de
Febrero de 1842, pp. 42-43)
(Fuente:
Hemeroteca Nacional)
(c) Por
la transcripción y revisión: Salvador Daza Palacios, 2012.
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